A perfect lie Reloaded

Monday, November 21, 2005

Anoche soñe con un desierto infernal.
Era blanco hasta donde la vista alcanzaba y el cielo sobre mi cabeza era como ver un espejo roto. En el centro había un pequeño montículo y camine hacia él.
La nieve rasgaba mi carne y hervía mi sangre.
Frente al montículo un anciano estaba sentado, con una pequeña fogata a sus pies. Intentaba en vano calentar sus azuladas manos y su barba llegaba al suelo. Alimentaba la fogata con viejos recuerdos sacados de una caja que a su lado yacía. Los documentos se veían podridos, tal vez por la falta de uso. ¿Por qué habían sido olvidados?
"¿Dondé estoy?" El anciano levanto la mirada, sus ojos reflejaban años de visiones y desilusiones, "¿No lo reconoces?, ¿acaso me habra quitado el frío ese recuerdo?". Aventó un papel más al fuego, haciendolo bailar alegremente, de alguna manera me sentí aliviado. "Bienvenido". Escuche un rugido estremecedor, y por primera vez me dí cuenta que el monticulo tras el anciano era una especie de jaula. "¡Ohh, callense de una vez!, ¿acaso no se dan cuenta que nadie los escucha rugir, pelear o hacer esos ruiditos que parecen como niños llorando?. Comportense cuando su creador esta presente" el anciano volvio a dirigirse hacia mí "Llevo más de veinte años escuchandolos, siempre espero que algún día se callen y se desvanescan pero solo aparecen más y más."
Me acerque hacía la jaula, era realmente fría al tacto, sin embargo no era hielo. Parecía más bien olvido.
"¿Cómo llegue aquí?"
"¿Cómo se supone que sepa, ni siquiera se como llegue yo aquí, no se ni siquiera de donde vengo, pero por alguna razón se que no debo alejarme de este lugar, como si .... como si al caminar lejos de aquí podría no llegar a ningun lugar, o peor, encontrarme a estas monstruosidades en libertad. Son realmente desagradables."
Trate de ver entre las sombras que habitaban la prisión había siluetas, una gran cantidad de ellas. Una de ellas se acercó. Era una bestia con un solo ojo ubicado en el centro de su rostro. parecía ella de sombra y sangre. Era un hijo de mis temores y era clara como una lagrima no derramada. Me veía con rencor y con miedo.
"Si yo fuera tú, no me acercaría tanto, de vez en vez muerden la celda. El problema es que sus fauces pueden salir de ella. No mucho, un medio metro tal vez. Son traicioneros. "
"¿Qué son?"
"Creo que son monstruos", el anciano ríe, su risa de alguna manera me recuerda la mía, con el sarcasmo presente.
El ojo del cíclope me observaba con detenimiento, y me pude ver a mí, con la mano levantada hacía él. Pude verme y me veía como él.
"¿Vas a quedarte?, si es así es mejor que tomes asiento y me ayudes a alimentar el fuego"
"No"
"¿No?"
"No"
"Entonces ¿a dónde irías?, ¿de regreso al infierno blanco?"
"Si no hay otra opción"
"¿Qué haras con la creaturas?"
"Las enviare aquí, ya lo he hecho antes, que vengan buscando su venganza, buscandose, buscandote, por que no saben que al que buscan es a mí."
Le dí la espalda al viejo y comence a caminar de vuelta al blanco relampagueante, con cielo como espejo, Camine y la nieve golpeaba mi rostro, y comence a correr a correr como jamas lo había hecho.

Wednesday, November 16, 2005



Un círculo perfecto.

Los ciclos se cumplen. Una película que viste hace años por primera vez siempre contiene el tiempo en sí misma.
El primer cuadro, la primera secuencia te transporta directamente al punto original. El ciclo se cierra.
Puedes intentar salir de ese ciclo, de ese ferrocarril que abordaste en cualquier punto; en una nota, un lugar, una armonía. Los viajes que se cumplieron existen y se repiten.
El corazón siempre tiene sus métodos, sus caminos y su tiempo.
Las tardes rojas, las noches negras y los días grises en esta ciudad que llamamos hogar.
Donde cada día es una batalla por no perderte y desaparecer entre los demás.
El corazón rojo, y los gritos negros.
Los ciclos se cierran. No puedes negar los sentimientos, las sonrisas. El tiempo corre y se encierra en ti. Y puedes correr con él y nunca darte cuenta de tu encierro.
Estamos condenados a regresar y vivir el ciclo. Vivir la clausura y su apertura. Morir y renacer.
La culpa siempre te persigue pero tenemos que correr. Nos alcanzará, pero tenemos que correr.