A perfect lie Reloaded

Monday, August 21, 2006

Nadie escribe comentarios, y no se si está bien, puesto que no tengo que preocuparme por lo que piensen, o está mal, pues no les importa lo que pienso.
Seguramente está en un punto medio con tendencia a la segunda opción, pero que importa.

Me he dado cuenta que me molesta viajar en transporte público; la gente es grosera; todos traen cara de "ojalá este camión se estampe y nuestras cabezas rueden"; si ven un accidente en la calle o algunos choferes peleandose por que chocaron, nadie puede evitar voltear. Su única diversión parece ser ver que existe alguien que la está pasando peor que ellos.
Se que el transporte público de México es un milagro de la economía, pues dudo que exista otro país con un transporte tan barato. En Japón viajar cuatro estaciones cuesta 1600 yenes que convertido son como 16 varos. Aquí con 2 pesos puedes recorrer absolutamente tooooooda la ciudad, excepto villacoapa pero eso ya no es ciudad (ja ja).
Sin embargo eso de subirse al camión y ver los vidrios cebosos, asientos nada amistosos, camiones con agujeros en el piso, ventanas con residuos de vómito de torta de tamal y atole, mientras el chofer escucha a todo volumen -realmente a TODO volumen- la estación de radio de su preferencia (principalmente charangueras), no es algo que se pueda apreciar como "colorido" mexicano.
Que ocurre con la radio de México, salvo algunas estaciones, hacen que me duela la cabeza, un tipo con voz de pito que dice para "pasiar" con la familia es acompañado por mil ruidos distintos y molestos, voces magnificadas, sonido de láser y toda la gama de ruidos que se encuentran en los celulares que se venden rellenos de chicles.
Es demasiado, subo al camión de buen humor, y se que bajare de él harto, cansado y solo en un trayecto de 30 minutos.
Sin embargo, no hay mucho que pueda hacer al respecto, venir en bicicleta a la escuela desde mi casa es prácticamente un suicidio. Pasar por Taxqueña a cualquier hora es el equivalente a dispararle a un búfalo africano en los cuernos cuando te viene en embestida.
No puedo comprar un auto pues mi capacidad adquisitiva de productos de lujo es nula y aunque daría un riñon por un auto que sepa que me va a dar 30 km por litro, cuando lo pienso me doy cuenta de que aunque diera los dos riñones y una parte de mi hígado no sería suficiente.
En conclusión, tengo qu ver lo bueno de viajar en camión, como leer, o dormir tal vez aplicar la de mucha gente que come en él. Aún así tengo que encontrar la manera de conseguir un sistema de transporte alternativo.

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